lunes, 9 de mayo de 2011

Capítulo 24


Cuando vemos la silueta recortada de la alta torre de La Oscuridad, casi anocheciendo, reducimos el paso y tratamos de hacer el mínimo de ruido posible, porque la última vez que vinimos había varios soldados patrullando y no nos interesa llamar la atención y que den la alarma general. Porque antes queremos hacer una pequeña intromisión en el territorio enemigo, para ver sus nuevas defensas.

Tuvimos una larga discusión por quien entraba. Arturo y Brian (sí, en algo estaban de acuerdo) decían que yo no podía arriesgarme a entrar sola, pero Gabriel hizo un gran trabajo en mi defensa, anegando que soy la que mejor conozco la ciudad y diciendo que él me acompañaría.
Así que no tuvieron ningún otro argumento en contra.

No podemos llevarnos nuestras espadas Celestiales porque llaman mucho la atención.
Yo cogí mis retráctiles, que deposité en el lateral de mis botas, camufladas a simple vista. Y Gabriel se decidió por una daga oculta en una muñequera y otra daga más común y grande en el cinturón.

Después de haber solucionado el tema de las armas, nos tocó la apariencia. Con el hechizo, fuimos cambiando. Gabriel cambió su pelo rubio oscuro y rizado, ahora liso y oscuro como la noche y otra cosa que me descolocó un poco, sus bellos ojos azules los cambió por unos marrones comunes, porque según me explicó él, los Demonios pueden reconocer a los Ángeles simplemente mirándolos a los ojos y unos ojos comunes no atraerían mucho la atención.
Y yo bueno, mi oscuro pelo lo cambié por un tono pelirrojo ondulado suavemente y mis ojos verdes por un tono negro.

Una vez hecho todo eso, andamos hasta la mágica muralla, la que la última vez que vine, gastó casi todo mi poder y la que solo algunos elegidos como yo, podemos abrirla. ¿Consumirá todo mi poder mágico de nuevo? No puedo evitar preguntármelo y como si Gabriel lo sintiera, me dice:

-Te ayudaré, coge mi mano, te iré dando algo de poder. Y sí, gracias a la unión Ángel-protegido, puedo sentir tus miedos y preocupaciones- agarra mi mano cuando la tiendo hacia él.

-Gracias- murmuro mientras cierro los ojos y visualizo la muralla que a simple vista es transparente e invisible, tiendo mi mano hacia delante y creo un ligero hueco por el que ambos pasamos.

Todo está relativamente muy cambiado, no hay felicidad que en antaño había, solo hay instinto de supervivencia.
Salen a la calle únicamente para ir a por comida y cuando deben ir a trabajar.

La desolación es palpable, me entristece mucho ver así a todos los ciudadanos.
Durante todo el recorrido vimos a varios Demonios. Algunos simplemente vigilando, otros recaudando  los impuestos, a pesar de la notoria pobreza.

Más de una injusticia presencié. Los que no tenían nada que dar como pago de los impuestos, debían ofrecer a sus hijos a los demonios. Varias veces Gabriel tuvo que sujetarme para no delatarnos y evitar que saliera en pos de defender a esas familias.
Arcadas me dieron cuando abusaron sexualmente a una chica tres o cuatro años menor que yo tres demonios en plena calle hasta que estuvieron satisfechos. Pero lo peor es que lo hicieron aposta delante de la familia de ella. ¡Cómo sufría su madre! ¡Cómo deseaba entregarse en vez de a su hija!

Cuando acabaron con la pobre chica, la llevaron arrastrando a un callejón, menos transitado.

-Gabriel- simplemente le llamé y caminé hacia donde habían llevado a la chica. Notaba el ansia de venganza, por esa chica y su familia.

Entramos en el callejón, sin salida, perfecto.
Los localizo al final, abusando de nuevo de ella y maltratándola. Me giro para vislumbrar a Gabriel tras de mí. Él únicamente crea una ilusión de un muro para que nadie vaya a presenciar lo que ocurrirá aquí.

-¿No habéis tenido ya suficiente?- proclamo, el odio que destila mi voz hace que la chica levante la cabeza y fije su mirada en la mía con un destello de esperanza.

El callejón es estrecho, unos cuatro metros de ancho, lo suficiente.
Me agacho y saco con rapidez y soltura de mis botas ambas retráctiles desplegándolas.
Son armas con dos filos, muy resistentes.

-Rodéalas de magia Kya, si no, no podrás matarlos- me recuerda Gabriel, es cierto, solo la espada Celestial los puede matar sin necesidad de magia y no dispongo de ella ahora mismo.
Las cargo con electricidad, porque aunque prefiero el fuego, podría dañar las retráctiles.
Los Demonios se han quedado quietos, observándonos y analizando la situación.

-¿Os ha comido la lengua el gato?- digo sonriendo y avanzo hacia ellos con una macabra sonrisa.

Rápidamente y por arte de magia (qué ironía), sacan largas espadas. Las reconozco, espadas diabólicas, qué si no. Son de un acero oscuro y las finas tiras que tiene gravadas de un rojo fuego.

Gabriel se sitúa a mi lado y tras un asentimiento atacamos a la vez.

El primer Demonio cae fácilmente y otro está mal herido. Mientras lucho con el que todavía está en plenas facultades. Le echo un vistazo rápido a la chica, está inconsciente en el suelo, tumbada de mala manera.
Por el descuido de mirarla recibo una estocada en el costado. Es poco profundo, pero evité que me ensartara, aunque no logré evitarlo del todo.
Maldigo en voz baja y arranco a atacar con furia.
Le lanzo una potente estocada a su brazo izquierdo que queda temporalmente inutilizable tras la descarga de electricidad que le transmite la retrátil.

Aprovecho su sorpresa y con rapidez le atravieso e hinco la retrátil hasta la empuñadura.

No espero ni a que caiga muerto al suelo, me lanzo a ayudar a Gabriel pero al ver que ya casi acaba con el último Demonio, avanzo hacia la chica inconsciente. La tumbo boca arriba y apoyo su cabeza en mis rodillas.
Está cubierta de arañazos y algunos golpes que le dieron empiezan a tornarse de un tono oscuro en su clara piel.

La muevo un poco, intentando despertarla. Pero al no dar resultado me quito la suave capa que llevo y se la coloco bajo la cabeza a modo de almohada.

Me levanto y matamos al último Demonio. Luego con un ligero movimiento, Gabriel me cura la superficie de la herida que ni me acordaba de ella. De los cuerpos no nos preocupamos, porque cuando les dé un poco el Sol, pasarán a ser simples charcos oscuros.

La chica se remueve un poco y me acerco a ella lentamente, no quiero asustarla.
-Eres Kya, ¿Verdad? – Dice ella susurrando- todos esperábamos tu llegada.

Y vuelve a perder la conciencia, para frustración mía.

10 comentarios:

  1. Holaa! :)
    Pobre chica! :S Mira que abusar de ella los Demonios esos de las narices... menos mal que los mataron a todos que si no... ¬¬ Y que fuerte que ya la conozca!! pero bueno, despues de todo lo ocurrido, la verdad es que no me extraña casi nada! ;D
    Un beso muy fuerte! y si puedes pasate por mi blog que hay nuevos capítulos en las niñas del mar! ;D

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  2. Patricia, nuevo capítulo en mi blog <3

    Me extraña que Brian y Arturo no discutieran sobre quien la acompañaría pero me alegro de que estén de acuerdo en algo ^^
    Puñeteros demonios de las narices, los odié mucho por hacer eso a la chica... u_u Menos mal que la ayudaron.
    Siempre odié eso de recaudar impuestos a los pobres.. en las películas y en todo aghh ¬¬
    El capítulo genial, como siempre, tu escritura genial, como siempre (:

    Un besazo!
    PD: Lo único bueno de los lunes es tu capítulo jajajaja

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  3. me gustó mucho el cap, pero quedé con gusto a poco XD.
    he de decir también que este es uno de los mejores capítulos en cuanto a redacción, logré hacerme una imagen mental de la mayoría de la batalla; aquello siempre es importante.
    Pero diempre has de tener cuidado con lo que describes y pensar que el lector no está en tu cabeza, así que lo obvio nunca es obvio y siempre hay que explicarlo o relatarlo. por mucho que tu creas que el lector ya lo sabe ¡No él no lo sabe, no sabe nada, es un tonto! (así me enseñan de mi clase de cine XD y siempre me cuasó gracias esa frase del profesor XD)

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  4. menos mal que a yegado kya para rescatarla de que la violen y le agan mas daño ya tenia ganas de que subieras un beso

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  5. Un muy buen capítulo, Patricia. Noto que vas mejorando cada vez más en tu forma de escribir :)

    ¡Qué cabrones los demonios, abusar de la pobre chica! Y resulta que conoce a Kya... Sólo espero que no sea una trampa de Melie XD. Y Gabriel y Kya cada vez están más unidos, ¿eh, eh? jajajaja. Estas semanas estoy un poco liada, pero aún así sacaré tiempo para leer los blogs de la gente, así que, publica pronto, guapa, que espero el próximo capítulo con ansia. ¡Un beso!

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  6. hola Patricia!!!!! Se q llevo mucho tiempo sin pasarme... pero ya me he puesto al día!!!! Cada vez escribes mejor y te ha quedado guay la lucha del callejón =) Con respecto a la historia me ha gustado el final del cap. con eso de "esperábamos tu llegada" es muy Jedi jejeje pero no me está gustando nada la relación con Gabriel yo quería q estuviese con Brian :(... jejeje pero bueno q se le va a hacer :P Deseando que vuelvas a publicar
    Bss

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  7. Infinito desprecio hacia los demonios!!!!Por favor...manda narices lo que hacen!!
    cada dia me esta gustando mas y lo estas escrbiendo mejor :3
    Un beso guapisima (L)

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  8. poobre niña :( es que no pueden hacer eso :/ otra razón para odiar más a los demonios e ir más seguido a la iglesia jaja. Excelente capi, y cada dia me convence más gabriel.
    Ya leí los que me faltaban, pero aventuré a comentar este :D
    Espero el prooximo!
    Beeeesos!

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  9. La esperaban? Ho por dios!! Esto me encanta!!

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  10. Pobre chica T^T ¿todos los de la ciudad esperabn a Kya?!!! Esto se pone intresante (>.<) Me fascinó la parte donde explicaste como abusaban de la niña, conseguí imaginarmelo a la perfección :S Pubreta!!
    Kya debe liverar a la ciudad!!
    Me alegro k te gustara el capi nuevo jaja pasa k Jorge es muuy lindo jaja y es imposible no pensar en él (>.<) de manera especial!
    Besotes y cuidate!!!

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